10 jul 2012

Torre de la especulación. Procesos

Seleccionado entre los 25 finalistas  del concurso ARQUIA becas 2012

PROCESOS.

Cuentan que en 2012 en el Fiordo de Longyearbyen se construyó una arquitectura capaz de castigar a los causantes de la crisis de aquél año, de la que hoy tanto tiempo después no queda rastro. Consistía en una torre esbelta donde cada preso ocupaba un piso de proporciones estrechas y altas revestido de manera radical por vidrio que con sus reflejos en aquella larga noche de seis meses provocaba la desorientación de cualquiera que permaneciese allí mucho tiempo.

Los penitentes eran visitados por numerosos turistas perjudicados gracias a sus decisiones, que tenían la oportunidad de redimirse. Un ascensor panorámico que frustraba cualquier intento de privacidad por parte de los presos daba la opción a los turistas de disfrutar del hermoso paisaje Noruego y a la vez de los trapos sucios de sus antiguos verdugos.

Los turistas tenían la oportunidad de decidir la alimentación y el sueño de los presos, lo que provocaba una constante incertidumbre entre éstos que acentuaba el proceso psicológico que estaban viviendo. La torre no solo era una prueba para penitentes sino también para los visitantes cuyo pensamiento oscilaba en el grado de crueldad que deberían proporcionar a aquellos que les hicieron daño anteriormente, descubriendo así la condición humana en su estado más puro.

Hoy no queda rastro de la torre porque se habla de que cuando salió el sol la torre comenzó a descender durante los seis meses de día, produciendo una mayor incertidumbre entre sus habitantes que observaron como su piso se introducía en la tierra tan lentamente que era imperceptible. Bajo tierra unas enormes pantallas abrazaban los pisos cuya programación volvía a ser controlada por los visitantes. Esto provocaba la desesperación y la cura psicológica de los reos.

Al final la torre simbolizaba un proceso del fin de la especulación devolviendo el suelo a su origen, ligado a un proceso de reflexión social por parte de visitantes y presos, durante el proceso de translación de la Tierra.

Hoy la torre de la especulación está escondida en algún lugar de aquel fiordo Noruego, no quedó rastro de ella pero los entendidos cuentan que el ascensor turístico sigue latiendo, vacio y errante, porque la especulación, es un proceso, como el de la torre, cíclico y ya sabemos que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra.